Estancada en una "trampa de bajo crecimiento", la economía mundial crecerá a su ritmo más bajo desde la crisis financiera por segundo año consecutivo en 2016, según las previsiones difundidas el miércoles por la OCDE, que instó a los gobiernos a impulsar el gasto.
Con unas empresas cautas a la hora de invertir y los consumidores cautelosos sobre el gasto, la economía mundial crecerá sólo un 3 por ciento este año, estimó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
El dato no será mejor que el del año pasado, que ya fue el peor desde 2009, aunque el crecimiento repuntará modestamente al 3,3 por ciento el año que viene, según la previsión de la OCDE en sus perspectivas económicas.
El crecimiento a esos niveles priva a los jóvenes de oportunidades de trabajo e implica que las personas mayores no tendrán la cobertura sanitaria y de pensiones que esperan, dijo a Reuters la economista jefe de la OCDE.
"Estamos rompiendo promesas a jóvenes y mayores. Por lo tanto los políticos tienen que actuar para sacarnos de la trampa de bajo crecimiento", dijo Mann en una entrevista.
Dado que los países de la OCDE crecen de media a la mitad de su potencial estimado, haría falta 70 años para duplicar los estándares de vida, el doble que la tasa de hace dos décadas.
Mann advirtió en contra de depender sólo de los bancos centrales para liderar el regreso a tasas de crecimiento más altas, y dijo que el equilibrio entre beneficios y riesgos de las políticas monetarias excepcionalmente laxas está inclinándose hacia los riesgos.
Por lo tanto, los gobiernos no deberían dudar a la hora de destinar dinero a iniciativas que impulsen el crecimiento como educación e infraestructuras, financiando un mayor gasto gracias a los tipos de interés mínimos en muchos países.
"El entorno de bajos tipos de interés creados por los bancos centrales da margen fiscal para los gobiernos y estamos diciendo que deberían usarlo", dijo Mann.
Aunque la OCDE no recortó sus previsiones de crecimiento mundial respecto a la última vez cuando actualizó sus estimaciones en febrero, dijo que las perspectivas para EEUU habían empeorado.
Recortó el crecimiento para EEUU al 1,8 por ciento desde la previsión anterior del 2,0 por ciento con una débil demanda exterior y una escasez de inversiones en el sector de petróleo y minería.
Para España, la OCDE elevó una décima su previsión de crecimiento para 2016 al 2,8 por ciento y rebajó en dos décimas las expectativas para 2017 al 2,3 por ciento.
La OCDE reiteró la advertencia de que Reino Unido sufriría una fuerte ralentización en el crecimiento si los votantes optaban en un referéndum abandonar la Unión Europea.
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