El catedrático de Estructura Económica de la Universidad Ramón Llull, Santiago Niño Becerra, cree que España se dirige hacia una economía desigual dominada por la pobreza, la exclusión y la marginalidad. A pesar de todo, el Gobierno sigue proclamando que "la crisis ya es historia".
Becerra explica en La Carta de la Bolsa, que el consumo crece gracias a unas familias que están endeudadas, que soportan una tasa de paro del 24% y de las cuales 1,3 millones no recibe ninguna prestación. Aún así, "el Gobierno lo ondea como logro y maravilla. Un consumo que, en términos generales, se está pagando a base de desahorro y de algunos créditos".
"También se ondea la mejora del empleo. ¿Se es consciente de que se está intercambiando empleo fijo a tiempo completo por empleo temporal y a tiempo parcial? ¿De que los salarios medios han caído tanto que hasta la misma CEOE dice que deberían aumentar?", explica Becerra.
El catedrático catalán cree que lo único que sostiene a España en este contexto de desigualdad y pobreza "es el deseo de su población de creer que ya se está saliendo, es decir, pura psicología ya que, al margen de casos concretos e identificables, no hay dato alguno que globalmente justifique esa alegría gubernamental".
Y es que, para Becerra "en el mejor de los casos, continúo pensando, España se dirige hacia una situación sesgada, fraccionada y en mosaico: algunas actividades desarrolladas por algunas compañías en algunas zonas funcionarán bien; demandaran trabajadores que necesiten y los remunerarán en base a lo que marque el mercado con las condiciones vigentes en aquel momento y en un entorno de 'necesito y dispongo'".
En un marco así el final no puede ser muy bueno: "En un entorno como ese ya pueden imaginar como evolucionarán cosas como la desigualdad: los ingresos de la parte baja de la escala, la pobreza, la exclusión y la marginalidad. Claro que entonces se incidirá en que esa es la nueva normalidad".
Mientras todo esto ocurre, los gobernantes no mencionan "ni una palabra sobre el crecimiento brutal de la deuda pública, nada en relación a la caída de las rentas medias en España, ni mención al nivel sin parangón que ha alcanzado la pobreza, ni pío sobre el lento desapalancamiento de familias y empresas, nada sobre la galopante precariedad laboral", culmina Santiago Niño Becerra.
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